Sin duda alguna, una de las innovaciones que más han enriquecido la vida del ser humano es la de los sistemas de corriente alterna y es que gracias a ellos ciudades enteras han podido disfrutar de los servicios eléctricos. En la actualidad parece imposible una convivencia sin electricidad, pues ésta se usa en todo lo que imaginamos, desde la iluminación nocturna de nuestros hogares, los sistemas de entretenimiento como la televisión o las computadoras, hasta las pesadas maquinarias utilizadas en todas las industrias.
De hecho fueron precisamente los avances en materia de electricidad los que permitieron la detonación de la Segunda Revolución Industrial, la cual tuvo lugar entre el año 1870 y 1914 —año en el que estalló la Primera Guerra Mundial—. Este periodo se caracteriza por un conjunto de profundas transformaciones socioeconómicas en las que se impulsó el proceso de industrialización y surgieron una gran cantidad de innovaciones tecnológicas como la creación de nuevos sistemas de transporte —los automóviles y los aviones—y de comunicación —la radio y el teléfono.
Dos de los personajes más importantes en el perfeccionamiento de los sistemas eléctricos son el estadounidense Thomas Alva Edison —empresario y multifacético inventor— y el croata Nikola Tesla —ingeniero eléctrico—, quienes protagonizaron la llamada Guerra de las Corrientes en 1880 debido a su profunda rivalidad por el dominio del mercado de la producción y distribución de la electricidad en las grandes ciudades. Al final el modelo de corriente alterna propuesto por Tesla fue el triunfador y es el que se sigue utilizando hasta nuestros días.
A partir de entonces se han perfeccionado los sistemas eléctricos hasta volverse imprescindibles para las sociedades modernas, el mundo ya no es capaz de funcionar sin electricidad. Para ello se ha hecho indispensable la capacitación de ingenieros y técnicos capaces de controlar una de las industrias más grandes del mundo, con el tiempo se han creado y mejorado sistemas de control eléctrico, siendo los transformadores de los más importantes, pues gracias a ellos se pudo desarrollar la industria, ya que permiten transportar la energía eléctrica a cualquier lugar.
Las primeras investigaciones que antecedieron la creación del transformador tuvieron lugar a mediados del siglo XIX, sin embargo fue entre los años 1884 y 1885 que los ingenieros de origen húngaro Károly Zipernowsky, Miksa Déri y Ottó Bláthy lograron crear un aparato capaz de transformar la corriente alterna. Pero no fue sino hasta el año de 1886 que se instaló el primer sistema de distribución eléctrica con transformadores en la localidad estadounidense de Great Barington, Massachusetts. Desde entonces la electricidad se ha convertido en un símbolo de modernidad y desarrollo de los países.
¿Pero qué son los transformadores? Se le conoce con ese nombre a los dispositivos eléctricos que sirven para regular la intensidad o el voltaje en un circuito de corriente alterna, de forma que la frecuencia y la potencia se mantengan estables. Para ello, convierten la electricidad que reciben de una fuente externa a través del devanado primario o de entrada en magnetismo, mismo que es transformado en electricidad nuevamente en el devanado secundario o de salida. Idealmente la potencia que entra en estos dispositivos sería la misma que debe de salir, sin embargo es común que se disminuya un poco en la salida, lo cual varía según del modelo del que se trate.
Los principales componentes de estos aparatos son el núcleo y los devanados. El primero se encarga de conducir el flujo magnético y está conformado por placas de acero al silicio separadas entre sí, columnas en las que se ensamblan los devanados y las culatas, las cuales unen las columnas ya mencionadas. Por otro lado, los devanados están compuestos por dos bobinas (primaria y secundaria) y consiste en un hilo de cobre que se enrolla en el núcleo y está cubierto con una capa aislante.
Existen muchos tipos de transformadores y de todos tamaños, sin embargo se pueden clasificar en dos tipos principales: los de potencia y los de medida. Los que son de potencia tienen la capacidad de modificar la tensión de un circuito de corriente eléctrica, conservando la potencia inicial, mientras que los de medida convierten los valores de gran tensión o intensidad con el fin de medirlas sin representar ningún peligro.
Por último, los transformadores trifásicos se utilizan para la generación y distribución de corriente eléctrica en grandes redes y hay dos tipos de fabricación: en la primera se unen tres transformadores monofásicos, mientras que en la segunda se utilizan tres bobinas que funcionan con un mismo núcleo, siendo más eficiente, práctico y económico debido a su menor tamaño.
¿Para qué sirven? En general son utilizados en las instalaciones de la red eléctrica, pues después de que en las centrales se genera la corriente, ésta tiene que pasar estos aparatos capaces de aumentar la tensión que será enviada posteriormente a la red, después pasa por otros transformadores que reducen la tensión para que la corriente pueda ser utilizada. Asimismo, los aparatos electrodomésticos tienen instalado un pequeño transformador que les permite equilibrar la cantidad de electricidad emitida por la red.
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