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Transformadores, una garantía de optimización y seguridad

Transformadores, una garantía de optimización y seguridad

Los transformadores son dispositivos con la capacidad de convertir una diferencia potencial alterna en otra con distinto voltaje o intensidad, y se emplean para producir variaciones favorables de tensión. Estos equipos están formados por un núcleo, construido con finas láminas de acero dispuestas en forma de marco y pegadas entre sí; este núcleo cumple la función de conducir el flujo magnético. Asimismo, los transformadores disponen de dos arrollamientos eléctricos, que son hilos de cobre enrollados a través del núcleo en uno de sus extremos, y recubiertos por una capa aislante.

Los transformadores se basan en la inducción electromagnética para ponerse en marcha. Al aplicar una fuerza electromotriz, es decir, una tensión o voltaje, se origina un flujo magnético en el núcleo; esto, por su parte, al conducirse por el primer arrollamiento, da pie a un campo magnético alrededor del núcleo de hierro. Este campo puede ser variable, ya que ha nacido como consecuencia de la corriente alterna, dando lugar a la aparición de una fuerza electromotriz o voltaje V2.

Una de las principales funciones del transformador de corriente es convertir la corriente alterna de entrada a las viviendas, de 220 v, a corriente continua, comprendida entre los 3v y los 25 v, la que utilizan la mayoría de los circuitos electrónicos de televisores, computadores, radios y cargadores. Estos artefactos, por lo general funcionan con pilas o baterías, pero, cuando los conectamos a la red, hacen falta transformadores.

Los transformadores de uso cotidiano y que tenemos en casa son reductores de voltaje o tensión, lo que significa que el voltaje de salida es menor que el de entrada. La corriente que emigra del arrollamiento secundarios es alterna. Estos sistemas brindan la gran ventaja de optimizar la corriente, gracias al uso de diversos niveles de tensión que son adecuados para cada sector.

La instalación de estos artefactos siempre debe quedar en manos de expertos capacitados y con amplia experiencia, pues es un trabajo delicado que requiere minuciosidad y conocimientos técnicos específicos. Para llevar a cabo este procedimiento, es indispensable que el transformador sea colocado sobre una superficie bien equilibrada, es decir, que debe ser estable para soportar todo el peso del equipo. De igual modo, deben tener presente que la zona en la que será instalado debe contar con suficiente ventilación, a fin de evitar que el transformador se llegue a sobrecalentar y se suscite un evento desafortunado.

En previsión de ello, muchos transformadores disponen de diferentes mecanismos de seguridad que impiden accidentes; no obstante, estos sistemas son inútiles sin no se cuidan de realizar la instalación de la manera correcta.

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