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Actualicen sus redes de distribución con restauradores automáticos

Actualicen sus redes de distribución con restauradores automáticos

Los restauradores o reconectadores son interruptores eléctricos de alto voltaje, que se parecen a los disyuntores en las líneas eléctricas domésticas debido a que desactivan la energía en caso de cortocircuitos. Se utilizan en todo el sistema de distribución como en zonas industriales, postes en espacios públicos y subestaciones, además, pueden encontrarse versiones monofásicas o trifásicas según las líneas de voltaje. Actualmente existen versiones automáticas que ofrecen notables ventajas y que deben conocer para que actualicen sus redes de distribución.

¿Qué son los restauradores automáticos?

Se diseñan para usarse en subestaciones o líneas aéreas y para sistemas de distribución en todo tipo de voltajes ya sea 15, 27 o 38 kilowatts. Sus tanques se confeccionan con acero inoxidable y recubrimientos electrostáticos. Se suministran comúnmente con un cubículo de control y comunicaciones, que ofrece todas las protecciones, funciones de comunicación en un dispositivo y registro de datos. Se fabrican incluso para utilizarse como unidades independientes con una integración sencilla a los sistemas de control remoto y esquemas de automatización avanzada mediante funciones de comunicación ya integradas.

Los reconectadores se prueban de forma extensa en laboratorios para asegurar su vida útil y dar confiabilidad en condiciones ambientales severas. Poseen un aislamiento sólido y dieléctrico y tecnología de punta desarrollada en la última década. Su funcionalidad de automatización de redes distribuidoras puede configurarse por los operadores y utilizarse ya sea con o sin sistema de comunicaciones, lo que permite optimizar la calidad del servicio que proporciona el CFE y disminuye los tiempos de interrupción al usuario.

Los restauradores que deben someterse a pruebas para garantizar su funcionamiento cuentan con interruptores al vacío dentro de su carcasa de resina epoxi y se implementan en un tanque de acero inoxidable con sistema de venteo que prolonga su vida útil y asegura un óptimo funcionamiento.

Funcionamiento de los reconectadores automáticos

Desde hace tiempo somos testigos de la proliferación a nivel global de los restauradores automáticos, que aparentemente son una tecnología sencilla que cierra interruptores tras interrumpir una falla de forma automática y es altamente efectiva para incrementar la confiabilidad de la red. Las ventajas de seguridad y costos asociados a ellos están ampliamente documentados, por ejemplo, las empresas de electricidad notan un retorno de la inversión en solo un año desde su instalación.

Los operadores de red recibían en el pasado reclamos frecuentes para que revisarán los interruptores disparados. La primera instrucción ante el problema era revisar las causas obvias y posteriormente reiniciar el relé y cerrar el interruptor. Los operadores realizaban su labor con precaución y en ocasiones al cerrar el interruptor no notaban corrientes de fallas. No ocurrían ni fallas mecánicas, daños en los relés y disparos innecesarios y en la mayoría de los casos el motivo detrás del problema en las redes de distribución era provocado por efectos transitorios.

Durante el tiempo que se requiere para llegar hasta el interruptor, los clientes permanecían sin suministros y las compañías eléctricas veían disminuir sus ganancias. Los restauradores automáticos que son parte del equipo primario de las subestaciones eléctricas son una tecnología revolucionaria, pues soluciona el problema en cuestión de segundos en comparación con el pasado donde se requerían horas.

Surge una pregunta: ¿qué tiempos de autocierre deben establecerse? La respuesta varía, sin embargo, es posible explorar algunas guías de configuración. Podemos iniciar con hechos evidentes, una secuencia de recierre tiene cuatro disparos como máximo y tres recierres. Consideremos una red aérea en zona rural, en la que la falla más común es impacto por rayo y contacto con vegetación. Los rayos son muy rápidos, por lo que el primer disparo se configura al mínimo posible para interrumpir rápidamente la falla antes de que se dañe la red.

Tras la primera interrupción, el tiempo muerto que sigue requiere ser lo suficientemente largo para que el gas ionizado que provoca el impacto o arco eléctrico en la falla se disipe, lo que topa normalmente dos segundos o menos. Si el primer cierre es muy rápido, el gas ionizado hará que la falla se reactive. Los primeros disparos son para impactos por rayo y si el reconectador cierra durante una condición de falla puede afirmarse que otra es la causa, como un animal o vegetación. Por tal motivo, el segundo y tercer disparo en una secuencia de recierre son comúnmente operadas por curvas de tiempo más lentas, que permiten la circulación de corriente de falla a través del restaurador eléctrico por un breve tiempo para quemar la falla.

Las curvas de tiempo inverso disparan más rápido para altas corrientes de falla y más lento para corrientes bajas, lo que permite que se entregue el máximo de energía a la zona de falla para extinguirlo sin dañar la red. Los tiempos del segundo y tercer recierre suelen ser mayores, hasta diez segundos, debido a que se suministra energía a la falla.

El arco eléctrico que se asocia este fenómeno ha sido polémico en los últimos años, sin embargo, los restauradores de calidad se construyen robustamente para aguantar la energía usada para quemar las fallas de la red. Comúnmente si se llega al tercer disparo, es probable que la falla sea permanente, por tal motivo un recierre es inconsecuente y es indispensable la atención de los operadores. Si el reconectador dispara por tercera vez, las compañías de electricidad configuran sus unidades a bloqueo o efectúan un último disparo. En tales alturas en la serie de recierres, tal acción es un intento desesperado y señala el momento en que debe hacerse una investigación en las líneas de distribución.

La secuencia en zonas urbanas es similar, aunque con algunas diferencias. Generalmente en las urbes con edificios más altos que las líneas distribuidoras, es común que las fallas se deban a objetos extraños que a rayos. La configuración típica en ellas es de tres disparos a bloqueo, en el que el primero es rápido. El tiempo de recierre está en línea con lo usado en zonas rurales. En las ciudades las compañías eléctricas no emplean la protección por falla de tierra sensible y configuran los restauradores únicamente con un disparo a bloqueo debido a la probabilidad de que la falla de tierra sensible produzca arranque a causa de conductores rotos que hacen contacto con el suelo. No tiene sentido reconectar ante una falla de tierra sensible en las urbes cuando la causa de la que se sospecha es un cable en el piso.

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